Ya de vuelta en España, el F.C. Barcelona jugaría algunos de los tradicionales torneos nacionales, ahora sustituidas por las giras americanas, qatarís, saudís o el mejor postor económico que surja.
Uno de esos torneos sería el Trofeo Ciudad de Oviedo, en cuya final se enfrentaría al equipo ovetense, unos de los clubes de moda de los 90.
El Real Oviedo se adelantó en el marcador con un gol de Jankovic, pero Stoichkov, uno de los pocos que hizo una pretemporada decente, empataría a pocos minutos del final.
En la tanda de penaltis el Oviedo se haría con la victoria tras el fallo de Pep Guardiola, a quien cualquier error que haya cometido como futbolista se le debe perdonar solo por estar regalando al mundo equipos que pasarán a la historia por practicar un juego que roza lo sublime.
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